Tres fuertes rivales no logran impedir que Hamilton siga ganando en la F-1.

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Triunfo en Portugal ratificó su liderazgo.

Red Bull, el adversario que necesitaba Mercedes Benz.

René Durney C. / Fotos: Daimler Media Global Site.

 

Parece el juego del muñeco porfiado: mientras más le pegan,
más luce su habilidad al volante, su capacidad de observación 
y la potencia+velocidad de su Mercedes Benz. Es Lewis Hamilton,
que hoy volvió a lucir todo su abanico técnico para quedarse con 
el Gran Premio de Portugal, disputado en el Autódromo
Internacional de Portugal, en Algarve.

Hasta la vuelta 51, el piloto inglés luchaba por dar alcance al
segundo piloto de la escudería Red Bull  -«Checo» Pérez-, quien
había aprovechado en la vuelta 36 la parada de los dos Mercedes
(Hamilton y Bottas) y la de su compañero Max Verstappen, para
quedar como líder absoluto de la carrera.

El mexicano mostró también su jerarquía y currículo para estar
sentado en uno de los dos autos que este año  exigirán al máximo
a los Mercedes Benz,que hasta el año pasado se mostraban como
una meta difícil de superar para sus rivales.

Pero el tema es que las Flechas de Plata se ajustaron ya a las
nuevas regulaciones en los temas de aerodinámica y pareciera que
lo hicieron justo a tiempo antes de afrontar la carrera que debía
correrse hoy en el particular circuito Portimao y su caprichoso diseño,
cuyo trazado tiene rectas veloces, pero con profundos desniveles que 
someten a los autos a los fuertes vientos cruzados en la cima de
estos toboganes.

Lo cierto es que después de esa parada en la vuelta 36 -la única en 
la estrategia de Mercedes- los W-12 de Hamilton y Bottas se aferraron 
en la punta, por delante de los Red Bull y solo al final pudo Verstappen 
colarse al segundo lugar, por detrás de Hamilton y delante de Bottas,
que le dejó el cuarto lugar a «Checo» Pérez en el otro Red Bull/Honda.

Así llegaron:


 
 
 


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