Grupo francés es ahora el segundo mayor fabricante europeo.
Terminan 16 años de pérdidas de la prestigiosa marca alemana.
Escribe: René Durney C.
Dos mil doscientos millones de euros le costó al Grupo francés PSA Peugeot-Citroën la compra de las marcas Opel/Vauxhall,
las que hasta el viernes estaban en poder de General Motor desde 1931.
Después de 16 años de pérdidas contantes, que llegaron a 14.150 millones de euros entre 2000 y 2016, la división europea
de GM decidió vender la propiedad de ambas marcas y poner fin a una debacle que se se hacía cada día mayor. Solo en el
año 2015 perdió 759,8 millones de euros y aunque en 2016 mejoró algo (-257 millones), la situación era incontrolable.
La venta se desglosa en 1.300 millones de euros por los activos de Opel/Vauxhall y 900 millones de euros por la Filial Financiera
de General Motors en Europa, que da servicio a la red de 1.800 concesionarios en 11 países.
Con esta operación, el Grupo PSA Peugeot-Citroën pasará a ser el segundo de mayores operaciones en Europa, superado solo por
Volkswagen, que vendió 4 millones de vehículos en 2016. La sumatoria de las ventas de Peugeot-Citroën (1.900.000 unidades) más
las de Opel en Europa (1,2 millones) la harían desplazar a Renault, que vendió 2,2 millones de autos en 2016.
Para el Grupo PSA, los últimos años han sido espectaculares. Después de haber estado al borde del colapso a fines de 2013, en 2014
se produjo el rescate con el ingreso del grupo chino Dongfeng, que se quedó con el 14% de la propiedad, más otro 14% que pasó al
Estado francés, reduciéndose así al 15% las acciones de la familia Peugeot. En 2016, PSA Peugeot-Citroën obtuvo beneficios por más
de 2.150 millones de euros, un 79% más que en 2015.
Con respecto a los más de 40 mil empleados que tendrá ahora el Grupo PSA, distribuidos en las plantas españolas de Peugeot y Citroën en Vigo y
Villaverde (Madrid), más la de Opel en Figueruelas (Zaragoza) y las plantas y fábricas de piezas y partes en Alemania, el presidente del Grupo PSA
Carlos Tabares aseguró a los trabajadores que se respetarán los acuerdos previamente contraídos con respecto a sus pensiones y puestos de trabajo,
aunque los analistas de la industria automotriz aseguran que necesariamente habrá un ajuste en la cantidad de operarios, pues tanto las plantas de
España y Alemania no están operando a plena capacidad debido a la contracción mundial del mercado automotor.
Opel y su insólita historia
Varias vicisitudes ha debido sortear la marca alemana Opel a lo largo de su historia. Fundada en Alemania el 21 de enero de 1862 por Adam
Opel, primero fue una fábrica de máquinas de coser y solo en 1899 produjo su primer automóvil dando paso a la fábrica Opel en 1929,
despertando el interés de General Motor por adquirir la totalidad de la propiedad, lo que se concreta en 1931. La marca Opel ganó notoriedad
rápidamente debido a la calidad y fiabilidad de sus vehículos.
Pero vino la Segunda Guerra mundial y Opel se vio enfrentada a una terrible realidad: su dueño era una empresa norteamericana, el mayor
enemigo del régimen nazi que gobernaba Alemania. Aun así, no fue completamente transformada en una industria proveedora de la máquina
de guerra, aunque sus camiones Blitz de 2.7 toneladas y el motor se 3.6 litros se utilizaron como vehículos de transporte de tropas. También
se desarrollaron trabajos de alta ingeniería en la fábrica de Rüsselsheim, como fue la construcción de un intercooler para la sobrealimentación
del motor del avión Junkers Jumo, un arma letal de la Luftwaffe. Y como era de esperar, los aliados conocían a la perfección los planos de los
lugares estratégicos de la planta de Rüsselsheim, los que fueron blanco principal de los bombarderos ingleses y norteamericanos.
Terminada la guerra, los rusos se llevaron parte del botín. Una fábrica de camiones de Opel en Brandenburgo fue completamente desmantelada
y sus máquinas fueron enviadas a una localidad ubicada en los montes Urales. Como parte de los «costos de reparación de guerra», la Unión
Soviética pidió en 1946 las herramientas, plantillas, matrices, dispositivos y diseños del Opel Kadett, el que fue copiado en Moscú y presentado
en 1947como el nuevo «Moskvitch 400», el que a finales de 1950 se exportaba a Bélgica con una campaña publicitaria que garantizaba que los
repuestos eran fáciles de conseguir, pues eran los mismos que usaba el Opel Kadett.
La planta de Rüsselsheim se salvó de la voracidad de los rusos gracias a a firme oposición de Estados Unidos, que decidió reconstruirla y ponerla
nuevamente en producción, principalmente de los camiones Blitz, que Alemania necesitaba para su plan de reconstrucción nacional.
De allí en adelante, la trayectoria de Opel estuvo siempre marcada por dos factores contradictorios. Por una parte, mantuvo su prestigio como
productora de vehículos de gran calidad y alta ingeniería. Pero por otro, la poco afortunada gestión comercial de GM la hizo llegar a límites
peligrosos, que terminaron este lunes 6 de marzo de 2017, con su paso al Grupo PSA, uno de los más sólidos de la industria automotriz del presente.