Impuesto a los autos producidos en México fue el tema de la apertura.
La «ciudad el automóvil» podría recuperar su esplendor.
Texto y fotos: René Durney C., desde Detroit, Estados Unidos. / Videos: Kia, Chrysler y René Durney C.
No siempre ocurre, pero la versión 2017 del Salón de Detroit partió con una incertidumbre político-económica flotando en el ambiente, que le quitó
un poco de glamour a los primeros días de la muestra más importante de la industria norteamericana del automóvil.
Y es que en la víspera de los días de prensa, el recién electo presidente Donald Trump anunció que gravaría con impuestos la entrada de autos de
marcas norteamericanas y extranjeras que se fabricaran en México. Esto, porque, en su paquete de medidas populistas ofrecidas durante la campaña
electoral, el candidato republicano prometió crear puestos de trabajo que alguna vez se perdieron en Estados Unidos cuando las tres grandes marcas
del país -Ford, General Motors y Chrysler- decidieron abrir plantas de fabricación en México, debido a que los costos de salarios son infinitamente menores
en el país azteca, así como el abastecimiento de piezas y partes. Esa presencia comenzó en 1921, cuando Buick abrió su primera planta ensambladora,
seguida luego por General Motors, en 1925. En un principio, el objetivo era producir para el mercado mexicano, ya que era impensable que el consumidor
norteamericano comprara un auto producido en México. Pero el gran desarrollo tecnológico que adquirió México a contar de 1961, cuando el gobierno impuso
una ley que obligaba todos los vehículos que se vendieran en el país deberían ser producidos en México, permitió que se comenzara a vislumbrar la posibilidad
de que también pudieran exportar. Luego se sumaría la marca japonesa Datsun (el antepasado de Nissan) y posteriormente Toyota y Volkswagen, que en un
principio solo pueden producir para el mercado mexicano. Pero ya en los 80 se abren las puertas para exportar hacia Estados Unidos y Detroit, la otrora
«ciudad del automóvil», comienza su decadencia cuando las tres grandes marcas hacen grandes inversiones en México y cierran sus plantas norteamericanas.
El mismo fenómeno ocurre con Toyota y Volkswagen. Esta última logra un gran éxito en estados Unidos con su modelo Jetta, la variante sedán del Golf.
Por todo esto, el primer día de prensa instaló el morbo en el Salón, y Sergio Marchionne, el CEO de FCA (Fiat Chrysler Automobiles), tuvo una inusitada
convocatoria a su conferencia de prensa en la que el tema más recurrente fue la amenaza de Trump. El ejecutivo del grupo ítalo-americano dijo que si ese
impuesto se concretaba, se verían obligados a cerrar sus plantas en México, que en el año pasado produjeron 425.000 unidades, de las cuales el 95%
fueron exportadas a los Estados Unidos.
Y Ford, que pocos días antes había anunciado una nueva inversión en México, debió echar pie atrás y suspender el proyecto. En tanto, Japón reaccionó primero
con una fuerte señal de apoyo hacia sus connacionales de Toyota, pero no se sabe qué pasará en las próximas horas, ya que el controvertido Donald Trump
acaba de anunciar que planea imponer un 20% de impuesto a todos los productos mexicanos exportados hacia Estados Unidos, como una forma de financiar
el muro que pretende construir a lo largo de toda la frontera de Estados Unidos con México.
Por ello, este Salón de Detroit podría pasar a la historia como el primero de una nueva era de la industria del automóvil en los Estados Unidos.
Estas son algunas de los modelos más atractivos que vimos en el Cobo Center, la vitrina más importante del mercado norteamericano.
El nuevo Ford GT el súperdeportivo de la marca norteamericana.
Este es el renovado diseño del Jeep Compass que llegará a Chile a mediados de junio de 2017.
El Kia Stinger, la gran novedad de Kia en Detroit, que fue «explicado» a los visitantes por el propio Peter Schreyer, el talentoso diseñador alemán (ex-Audi)
y verdadero creador de la nueva imagen de la marca coreana. También es vicepresidente de Hyundai Motors.
La imponente figura de la nueva Ford F-150.
El Lexus LS fue la novedad de la marca de lujo de la japonesa japonesa Toyota.
El sedán Sonata, de Huyndai.
Continental (de Ford) y Buick (de General Motors), dos de las marcas norteamericanas que no llegan a Chile.
La nueva Chrysler Pacífica, que llegará a Chile a mediados de año, y el modelo concept Portal, que define el futuro de las vanes familiares.
El Hyundai Elantra Sport.
En el enorme stand de Chrysler fue presentada la RAM Rebel Black Edition, una potente camioneta “musculosas”, que luce ahora un
capó más deportivo y una apariencia más campera y agresiva. En su máscara hace notar en grande las letras de la nueva marca.
El Jeep Rubicon, el más extremo de los todoterrenos de la marca americana.
El Volkswagen ID.Buzz, un prototipo que recuerda a la clásica de la Kombi, pero que en el futuro será completamente eléctrica
y con conducción autónoma.
En las marcas Premium destacaron los nuevos Volvo V90, el Audi Q8 Concept, el Merc4des Benz GLA, el Audi SQ5, el Lexus LS, el BMW Serie 5 y el
Lamborghini Aventador con tracción total.
El Skoda Octavia RS fue el gran producto de la marca checa, mientras que el nuevo Volkswagen Golf R con tracción 4×4 provocó los aplausos de sus
seguidores.
Toyota presento un renovado Camry, su sedán más grande, en una clara apuesta en un segmento en donde las ventas cayeron en 9%. En el video, el
momento en que la nueva versión del Camry Hybrid fue subido a la plataforma de exhibición.