Lo manejamos en Barcelona, España.
Llegará a Chile en diciembre de 2016.
Escribe: René Durney C., desde Barcelona, España. / Fotos: Citroën y René Durney C.
Hay marcas que, históricamente, se han distinguido de las demás por algún detalle específico de sus automóviles. Estilo,
ingeniería, lujo, funcionalidad o diseño diferenciador.
En esta última categoría ha estado siempre Citroën, sin ninguna duda. En toda su vida como productor de automóviles ha
sorprendido con sus innovaciones de diseño o mecánica. Ya en 1932 maravilló al mundo con el particular dibujo de la carrocería
del DS, que parecía un salón de relajo de una casa señorial y que además traía una innovación mecánica que asombró a los
constructores de la época: la tracción en las ruedas delanteras y la caja de cambios delante del eje anterior del auto.
De allí en adelante los productos de la casa de los chevrones tuvieron siempre ese sello de distinción.
El 2002 fue lanzado al mercado el pequeño Citroën C3, con un diseño muy particular, el que sin apartarse del ADN de la marca
presentaba un modelo en el que el denominador común eran las línea curvas: parabrisas y luneta trasera, capó y tapa del maletero
y silueta del techo. El modelo tuvo tanto éxito, que en todo el mundo se llegaron a vender 3,5 millones de unidades. El secreto estaba
en la personalidad del pequeño vehículo, que con un gama de colores muy diferenciadores de lo habitual, conquistó a mucha gente joven
y muy en particular a las mujeres, debido a su funcionalidad, luminosidad interior y coqueto diseño.
Pero en 14 años pasan muchas cosas en la industria automotriz. Una de ellas, acaso la más importante de las últimas décadas, ha sido la
irrupción del concepto SUV. La tendencia es cada vez más marcada, al extremo que marcas absolutamente lejanas a estas tendencias, se
han sumado a esta tendencia, ya sea porque se dedican a los autos de lujo o a los súper deportivos.
La silueta de moda
Y Citroën también asumió el desafío. A la luz del buen resultado que ha tenido con su C4 Cactus, decidió cambiarle las celebradas formas a
su redondo C3 y optar por una estructura muy parecida a aquel, pero de menores dimensiones, para que parezca un pequeño
crossover, con pinta de SUV y con líneas que más bien tienden a la cuadratura global, aunque sus esquinas no son anguladas, sino
finamente redondeadas, pero con predominio de longitudinales rectas.
El nuevo C3 es ahora 5 cm más largo que la versión anterior, por lo
alcanza a los 3.99 metros de longitud, 1.75 m de ancho (+2 cm) y 1.47 m de alto (5 cm más bajo). La distancia entre ejes es de 2,54 m y
la capacidad del maletero es de 300 litros.
El resultado ha sido sorprendente. Pudimos comprobarlo en nuestro recorrido de 200 kilómetros en los alrededores de la ciudad de Barcelona,
durante las pruebas de manejo que organizó la marca francesa para la prensa mundial, que en grupos sucesivos y durante todo el mes de
octubre se congregó en el Hotel Meliá Sky de la Ciudad Condal para, desde allí, recorrer dos circuitos a través de Cataluña a bordo de este
nuevo producto.
En términos de diseño, reiteramos su notable parecido con el Cactus, porque incluso algunas versiones conservan esos airbumps laterales a lo
largo del tercio inferior de las puertas y que sirven para evitar los puntazos y arañazos en los estacionamientos. Y para diferenciarse completamente
del Cactus, los diseñadores aceptaron que resulta difícil que en un auto de 4 puertas no se puedan bajar los vidrios de las ventanillas traseras, por
lo que el C3 recuperó esa función tan básica.
Manejo divertido
Como la ruta diseñada por la parte montañosa entre Barcelona y Tarragona incluía muchas curvas y ascensos trabados, fue una buena
oportunidad de probar el empuje y la elasticidad del pequeño motor a gasolina Puretech de 1,2 litros, tres cilindros y 82 caballos, acoplado
a una transmisión manual de 5 velocidades, que nos pareció muy apropiada para la entrega de potencia y torque del propulsor.
Incluso me pareció un poco más vivaz que la versión de mayor potencia (110 caballos), asociado a una caja automática de seis velocidades.
Aunque, en rigor, la transmisión automática también puede llevarse en un modo manual para agilizar el comportamiento total.
También habrá motores diésel 1.6 BlueHDI de inyección directa, de 75 y 100 caballos y transmisión mecánica, aunque estos propulsores
no estaban disponibles para esta prueba.
La posición al volante es muy cómoda y la sencillez del tablero hacen que el conductor se familiarice rápidamente con el auto, pues no hay
elementos distractores ni hay que leer una manual repleto de información para entender los controles y funciones del auto.
Ni siquiera el elevado grado de «conectividad» del que presumen casi todos los autos contemporáneos es complicado de usar en el C3.
Tanto los sistemas Apple como Androide funcionan con gran precisión y todas la actividad se maneja desde una pantalla táctil de 7 pulgadas
muy bien dispuesta en el tablero. Este detalle es destacable, pues los diseñadores entendieron que no es cosa de llegar y poner una «tablet»
acostada sobre el salpicadero, fuera de contexto y que no guarda ninguna relación con el resto del diseño.
Como equipo opcional se puede contar con una cámara ubicada detrás del espejo retrovisor interior, que puede tomar fotos y/o grabar videos
de todo lo que está ocurriendo frente al conductor y transmitirlas a una aplicación gratuita en el celular. Este dispositivo puede ser de gran ayuda
como elemento de prueba en caso de accidentes.
Entre el equipamiento se cuenta con el sistema Start/Stop (¿a alguien le gustará?), aviso sonoro de cambio de pista, asistente de partida en
cuestas, detector de punto ciego, detector de fatiga en el conductor cuando ha manejado muchas horas seguidas, cámara de retroceso y sensores
de estacionamiento.
Por último, el C3 contará con un grado de personalización muy atractivo para el segmento joven, el principal comprador de este modelo. Se dispone
de tres opciones de colores para el techo y nueve para la carrocería, incluyendo combinaciones para los espejos retrovisores.
Entre las anécdotas de la ¡presentación a la prensa, pregunté a uno de los integrantes del equipo de diseño que presentó el C3 qué siginificaba
la letra «O» (o número Cero) estampado en el airbump delantero, a lo que la respuesta fue genial: «No es un número ni una letra, es solo un
elemento de diseño en el que muy pocas personas se preguntan qué significa, entre ellos, usted».
El nuevo C3 será lanzado en Chile en el próximo mes de diciembre, en un verdadero adelanto, ya que en la mayoría de los países del mundo se
presentará en el primer trimestre de 2017.