Si las rutas son difíciles y peligrosas, los espectadores ponen la parte amable.
Estuvimos dentro del parque de asistencia del equipo de Hyundai.
Escribe: René Durney C. / Fotos: RDC , desde Córdoba, Argentina
Citroën logró el un-dos en la 4ª fecha del Campeonato Mundial de Rally (WRC) disputada este fin de semana en Córdoba, Argentina.
El binomio formado por el piloto inglés Kris Meeke y su navegante irlandés Paul Nagle se adjudicó el primer lugar en la general, con un registro final de 3 horas, 41 minutos, 44 segundos y 9/10. La victoria se consolidó en el Power Stage del tramo entre El Condor y Copina, donde el británico sacó una ventaja de 27 segundos sobre sus compañeros de equipo Mads Ostber (Noruega) y Jonas Andersson (Suecia).
El tercer lugar fue para la dupla formada por los ingleses Elfyn Evans y Daniel Barrit, a bordo de un Ford Fiesta RS WRC, quienes llegaron a 3 minutos, 27 segundos y 4/10 de los ganadores. El cuarto lugar iba a ser para los belgas Thierry Neuville y su navegante Nicolás Gilsoul, ambos del equipo Hyundai, pero una falla en su i20 en los tamos finales, permitió que los checos Martín Prokop y Jan Tomanek, del equipo Ford, se quedaran con la cuarta casilla.
El piloto español Dani Sordo y su compatriota Marc Martí hicieron una carrera espectacular el domingo, después de haber llegado con muchos problemas mecánicos al parque de asistencia.
Incluso se pensó que podría retirarse de la prueba, por cuanto la avería en su motor parecía irrecuperable en el tiempo de que se disponía para su reparación (45 minutos). Pero los mecánicos e Hyundai trabajaron rápido y bien. Tanto, que el i20 con el número 8 recuperó el tiempo perdido y logró llegar en el quinto lugar.
La ruta y la gente.
Estuvimos el sábado y el domingo en la definición de la cuarta fecha. Invitados por la marca Hyundai, pudimos tener un acceso preferencial al parque de asistencia, una experiencia que siempre vale la pena observar, aunque en esta oportunidad no fue posible acercarse un poco más al trabajo febril que se realizaba en los autos coreanos que disputan palmo a palmo con Citroën, Volkswagen y Ford los puestos de avanzada en el torneo.
La jornada disputada en Argentina no fue nada de auspiciosa para Volkswagen, el equipo que ha venido haciendo el peso en las jornadas anteriores, pues los Polo R WRC de los franceses Sebastien Ogier y Julien Ingrassia y el de los finlandeses Jari-Matti Latvala y Miikka Antitila sufrieron diversos problemas que los alejaron de los puestos de avanzada en Argentina 2015. Los franceses tuvieron problemas con la transmisión y la inyección de combustible, mientras que los finlandeses tuvieron una avería en los frenos y en la inyección.
El Rally mundial sabe que la fecha que se disputa todos los años en territorio argentino es una de las más duras y difíciles, pues sus caminos del interior parecen una pista de pruebas para experimentar las suspensiones y la rigidez estructural de vehículos que se desplazarán por algún paisaje lunar. Pero no solo es la tierra, sino las piedras, las bajas y altas temperaturas en apenas un par de horas, sus saltos, sus charcos de agua y todos los obstáculos que un piloto debe sortear para poder subirse al podio lo que hacen tremendamente atractivo el circuito trasandino.
Sin embargo, hay una característica aún más potente: el público cordobés. Nada en el mundo se le asemeja. Se trata de un verdadero fenómeno sociológico. El Rally es en Córdoba una fiesta popular, que cuesta entender que sea provocada por el automovilismo. Hay quienes opinan que es un resabio de la pasión «tuerca» que le quedó al pueblo argentino por haber tenido un campeón mundial como Manuel Fangio, que paseó su nombre y su bandera por todo el mundo, despertando una enorme admiración por su arrojo y su habilidad conductiva en tiempos en que los autos eran pura potencia y velocidad, sin casi ninguna seguridad para los pilotos.
Esta ponencia es muy atendible, por cuanto en Brasil también ha ocurrido algo parecido, aunque en mayor medida, debido a una mayor profusión de pilotos de primer nivel mundial hasta el día de hoy y a que es el único país de Sudamérica en donde se corre una fecha del Campeonato Mundial de la Fórmula 1.
Otros lo atribuyen a que en la Argentina también hay una memoria histórica de tiempos de bonanza económica, cuando el país no solo importaba una gran cantidad de vehículos, sino que también desarrolló una industria poderosa que logró popularizar el automóvil muchísimo antes que otros países de la región.
Todo esto es válido, pero hoy nada de eso está presente en el día a día de los argentinos, sin embargo la pasión de la gente por las carreras de autos, y en especial por el Rally en el caso de los cordobeses, es algo que sobrecoge a los extranjeros que llegan de todo el mundo a ver una fecha del calendario anual.
Es casi una experiencia religiosa. Entre el jueves y el domingo los caminos que van desde Córdoba a Villa Carlos Paz se abarrotan de vehículos de todo tipo, que llevan familias enteras, con niños y ancianos, que emprenden verdaderas romerías cuando se acaba el asfalto de la carretera, y suben a la sierra con sillas plegables, carpas, comestibles de todo tipo y ¡cómo no…!, la infaltable parrilla para el asado. Mirar desde lo alto de las montañas es divisar miles de columnas de humo que salen de otras tantas parrillas encendidas a toda hora. Todos madrugan para lograr la mejor ubicación, ya sea al borde mismo de la ruta, o en altura para una mejor vista.
Y si a todo esto usted le agrega la simpatía natural de los cordobeses, con su lenguaje de sílabas alargadas y ritmo cadencioso, la fiesta se arma sola. El buen humor de esa multitud, que hace un chiste de la nada por cualquier cosa y lo disfruta colectivamente¡, es algo imperdible en el rally argentino. Confieso que las veces que me ha tocado presenciar una fecha del Rally en Córdoba me he reído a más no poder. ¡Ay de ese que llega más tarde que la multitud a instalarse en las tribunas-cerros! Aunque sea el tipo más normal del mundo, va a recibir las pullas de la galería y no tendrá más remedio que tomárselo con humor y sentarse rápido, «hasta que llegue otro gil…», como me explicaba un señor que estaba cerca de nuestro «puesto de observación y toma de fotografías», una durísima roca que colgaba a unos cincuenta metros de una curva.
Pero también es un público informado y participativo. En la curva aludida, cada vez que pasaba un auto derrapando, quedaban piedras removidas en el piso. El público pide a gritos que las saquen del camino. Y no falta el espontáneo, como en los ruedos taurinos, que salta a quitarlas.
A veces no es suficiente, como ocurrió el domingo con el auto Nº 20, de los neozelandeses Hayden Paddon y John Kennard, que al salir de una curva en Capilla del Monte (Prueba Especial 9) pisó una piedra y perdió el control, desviándose sobre su izquierda e impactó a un grupo de espectadores. El saldo, que pudo ser peor, obligó a suspender la prueba por varios minutos (ver video). Afortunadamente solo hubo seis heridos, los cuales fueron trasladados en helicópteros de la organización hasta el centro hospitalario de Domingo Funes de Santa María de Punilla.
El domingo, terminada la prueba, miles de autos vuelven a sus destinos. La ruta es una verdadera demostración de que el parque automotor argentino se ha quedado muy atrás en el tiempo. Vemos Peugeot 404, 504, Renault 12y unas viejísimas «estancieras» que todavía arrastran sus fierros. Se apagan las parrillas y solo van quedando los equipos y su séquito. Los vendedores de ambulantes de comida y del «merchandising» criollo de camisetas, llaveros, gorros y demases hacen sus balances. Nadie se queja. Será hasta abril del próximo año.
Estos son los cuadros con el orden de llegada, la tabla de pilotos y constructores.
Video del accidente de Hayden Paddon / Gentileza de juanfra099 y Youtube