Renuevan el Mazda6 y el CX-5

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El sedán grande y el SUV mediano de la marca japonesa recibieron un retoque.

Los manejamos ida y vuelta entre Santiago y San Vicente de Tagua-Tagua.

 

Escribe: René Durney C.  / Fotos: RDC y Mazda.

  

Cambios menores en diseño y mayores en cuanto al equipamiento recibieron el sedán Mazda 6 y el SUV CX-5.

Para ello, Derco, su representante y distribuidor en el país, organizó una presentación para la prensa que contempló una prueba de manejo entre Santiago y la viña Vik, ubicada en San Vicente de Tagua-Tagua.

En el caso del sedán Mazda 6, hay cinco versiones disponibles: una con motor 2.0 litros (155 hp de potencia y 200 Nm a 4.000 rpm) y caja manual o automática (parte en $13.490.000); otra con propulsor 2.5 litros (185 hp y 250 Nm a 3.250 rpm) y transmisión automática, y una de 2.2 litros Diesel (175 hp y 420 Nm a 2.000 rpm, a $19.690.000).

 

 

En el SUV CX-5 se cuentan siete versiones, cinco de ellas con motores de 2.0 litros (dos con caja manual y tres automáticas), con precios que parten en los $14.790.000. Luego hay una versión con motor 2.5 litros con caja automática ($19.790.000) y una con motor Diesel de 2.2 litros y un precio de $19.690.000.

El sedán Mazda 6 mantuvo la base del diseño Kodo y solo incorporó en el dibujo del frontal y de la cola con luces LED, y sistema de anti encandilamiento en las versiones altas.

Los cambios más notorios están en el interior y en el “alma” de ambos modelos.

Las suspensiones, por ejemplo, han sido mejoradas en pos de una mejor suavidad de marcha, así como la insonorización del habitáculo fue intervenida con más y mejores materiales de aislación, con lo cual se obtuvo un 25% menos de los ruidos provenientes de la rodadura y de los componentes mecánicos.

La interfaz Mazda Connect fue agregada al sistema de entrenamiento a bordo y tiene un centro de control alojado en una pantalla táctil de 7 pulgadas en el centro del tablero.

En términos de espacio, hay una ganancia en el puesto de conducción, ya que ahora no hay palanca de freno de mano, ya que se le ha reemplazado por un sistema eléctrico que deja mucho campo libre al conductor y a su acompañante.

La seguridad es uno de los puntos fuertes del Mazda 6 gracias a las mejoras introducidas al conjunto i-ActivSense, al que se agregó un nuevo sistema de detección y aviso de cambio involuntario de carril de circulación. Del mismo modo, si el conductor saca ambas manos del volante, en un segundo suena una alarma de aviso. Si no hay reacción, el sistema corrige la trayectoria en caso de que hubiera un peligro de salirse de la carretera. Pero eso no es todo. También se dispone de la tecnología LDWS, que detecta la fatiga del conductor y entrega recomendaciones para una mayor seguridad.

Un sistema anti encandilamiento se encuentra en los Faros Adaptativos Led (ALH), cuyas luces altas se proyectan a través de cuatro celdas. Al momento de encontrarse con otro vehículo de frente, la celda con la luz más cercana al auto que viene en contra se apaga para no encandilar y deja prendidas las otras tres.

Manejamos todas las versiones, aunque en tramos relativamente cortos. No hay que saber mucho para entusiasmarse con las versiones diésel de ambos modelos. En particular, el Mazda 6 con el motor petrolero tiene una capacidad de aceleración impresionante, con una generosa curva de par que, junto a la transmisión automática, hacen de la conducción algo muy agradable, seguro y de gran confort.

En ediciones posteriores haremos un test drive de cada uno de ellos en forma separada.

 


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