El Ferrari California T atrapa miradas en Nueva York

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Lo manejamos en circuitos urbanos y en carreteras en Estados Unidos.

Una máquina maravillosa al interior de una carrocería de bello diseño y el sello de la marca italiana.

  

Escribe: René Durney C., desde Nueva York / Fotos: RDC y Ferrari / Video: Ferrari.

 

Apenas tres grados de temperatura había en la fría mañana de enero que nos subimos al Ferrari California T que nos esperaba en la distribuidora de la marca italiana en Nueva York, ubicada en el 250 de la Sylvan Ave., en New Yersey.

Y como se trata de un descapotable, nos propusimos manejarlo con el techo plegable guardado en el maletero.

 

Por ello es que cuando el motor da su primer giro, el sonido inconfundible de sus ocho cilindros llega de lleno a los oídos. No porque haga demasiado ruido, sino porque se trata de un rumor que esconde mucha potencia (560 caballos) y que hace fluir la adrenalina a raudales, la mejor manera de olvidarse del frío y del viento.

Es un verdadero espectáculo ver que todas las caídas de agua que se encuentran en las laderas del rio Hudson están congeladas y se han transformado en unos hilos de hielo que llegan hasta el borde del camino que nos conduce al Ross Dock Picnic Area, que a esa hora está desierto. Un solitario paseador con un pequeño perro es el único testigo de la sesión de fotos que hacemos con nuestros dos Fearrari de pruebas, uno negro y uno rojo.

 

Esta nueva versión del Ferrari California tiene algunas modificaciones con respecto a la versión anterior. El motor V8 está ubicado ahora en un punto más bajo (-40 mm), lo que significa que su centro de gravedad está aún más cerca del suelo. Ello tiene una relación directa con su agarre al piso y la gran estabilidad que muestra a la hora de doblar a gran velocidad. De acuerdo a la tradición Ferrari, el reparto de pesos no se altera en esta nueva versión del California T, manteniéndose un 47% en el eje delantero y un 53% en el trasero, con todos los componentes mecánicos ubicados entre los dos ejes.

  

El moderno V8 cuenta con dos turbocompresores que aceleran la inyección de aire fresco y el reciclaje de los gases del escape, por lo que la respuesta al oprimir el acelerador tarda apenas un segundo, eliminando ese retardo tan común que se aprecia en los autos convencionales ayudados por turbos, en los que se siente una “quedada” del motor que, si bien no es tan larga, se nota al pisar el pedal. En el California, con la respuesta inmediata, hay bajos momentos de inercia y la entrega de torque es permanente. En las aceleraciones en carretera al momento de adelantar con poco espacio, no hay “impulsos tardíos” a los deseos del conductor.

Un detalle estadístico relevante: los 560 hp de potencia que eroga el V8 de 3,85 litros significa una entrega de 145 caballos por cada litro de cilindrada.

La lubricación de las piezas móviles está entregado a un sofisticado sistema variable, que distribuye correctamente el aceite a altas o bajas presiones, reduciendo en un 30% la energía hidráulica necesaria para el funcionamiento de la bomba.

Lo que más llama la atención de este nuevo motor V8 es el Variable Boost Management, un sistema integrado al computador a bordo que ajusta la entrega de torque necesaria de acuerdo al engranaje en que se encuentra la transmisión.

Pese a la enorme potencia y torque disponible en un auto relativamente pequeño, la conducción de Ferrari California T se hade sumamente fácil, ya sea llevando la transmisión en el modo mecánico o automático. Un sistema inteligente controla la selección de un modo deducible. Si el conductor no activa las paletas de cambios ubicadas tras el volante, el sistema asume que el conductor quiere manejar en el modo automático. Así, al momento de oprimir el botón de partida, se debe mantener oprimido el pedal del freno. Una vez que el motor está girando, al soltar el freno se engrana la primera marcha y de ahí en adelante solo se necesita un mínimo de experiencia para sacarle todo el partido a un auto de estas características.

 

La ayuda electrónica a todo lo que el conductor no sea capaz de hacer por su cuenta es impresionante. Por ello, a medida que van pasando los kilómetros el conductor comienza a sentir que ese auto “ha sido suyo toda la vida”, aunque la realidad te dice que solo estás teniendo una oportunidad que muy pocos pueden disfrutar. El manejo de un Ferrari siempre suele ser eso: una cosa diferente.

En ese caso, nuestro circuito de pruebas fue de apenas 60 kilómetros, con una línea de base en la autopista interestatal entre Nueva York y Nueva Yersey. Por razones obvias, todas las prestaciones deportivas no pudimos apreciarlas en su totalidad, pues la velocidad máxima permitida en las carreteras norteamericanas es de solo 90 km/hora.

 

No obstante, los datos concretos dicen que el Ferrari California T puede ir desde la inmovilidad a los 100 km/h en apenas 3,6 segundos. Y 11,2 segundos para alcanzar los 200 km/h.

Para apreciar los niveles de insonoridad del habitáculo, pusimos el techo. La operación de extracción automática desde la cajuela del maletero dura apenas 14 segundos. Una vez instalado y cerrados los vidrios, los ruidos del camino y de la rodadura disminuyen al mínimo. Solo el rugido del V8 se siente como complemento a las sensaciones que se experimentan a bordo de cualquier Ferrari.

  

El hombre del perrito que encontramos en el Ross FDock se dio un gusto que nunca se imaginó: lo subimos a él y su mascota al asiento del copiloto. Se bajó emocionado porque nunca había estado en un auto como este, y su mejor manera de agradecer fue decirnos que nos cuidáramos de los radares de la policía, que eran implacables con el tema velocidad.

Aunque se tratara de un Ferrari.

Como debe ser.

 

 

 

 

 


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